Voy a iniciar este nuevo apartado de nuestra web explicando cómo hice la que considero la mejor foto de las hechas hasta ahora.
Como muchas de las cosas de esta vida, esta foto, que muchos podrán pensar que detrás de ella hay mucho trabajo en preparación y realización, la verdad es que la hice y me quedó como puede verse, “por casualidad” y en poco tiempo.
Había salido a hacer fotos macro al campo un domingo de mediados de abril, y cuando ya había decidido dar por finalizada la sesión, me encontré con esta pareja de Lixus pulverulentus copulando sobre las ramitas de una planta en el margen de una finca sembrada de cereal.
La primera intención fue desestimar la opción de hacer la foto, pues esta especie ya la conozco desde hace tiempo y ya había hecho muchas fotos de la misma en otras ocasiones, pero después reconsideré mi decisión y pensé que igual me podía quedar una foto “diferente” y “especial”.
Para hacer la foto me senté en el suelo, con la cámara cogida solamente con la mano derecha, y apoyando el brazo por el codo sobre el muslo en vertical, a modo de trípode y con la cámara pegada a mi cara mirando por el visor.
Mientras, con la mano izquierda, cogí la planta y la giré poniéndola en horizontal y de forma que detrás, como fondo, quedaba el sembrado todo verde y exuberante que daba un color suave y uniforme al fondo. Había configurado la cámara a una posición determinada en lo que respecta a escala de ampliación y el enfoque lo hice simplemente acercando y alejando la ramita del objetivo.
Hice diversas fotos jugando con el enfoque y el plano de los bichos con el del sensor de la cámara. En esta parece ser que ambos planos debían estar bastante paralelos porqué quedaron enfocados y con detalle todas las partes de los felices insectos.