La primera vez que fotografié una mosca cernidora, una syrphide para ser exacto, no tenia claro que era aquello que tenia ante mi cámara.
Primero creí que era una abeja por el color anaranjado de su cuerpo, después estaba convencido de que era una avispa por la forma puntiaguda del final del abdomen y porque no veía que tuviese pelos. Más tarde volví a pensar que debía ser una abeja, puesto que estaba libando entre las flores de mi jardín, una confusión total.
Al día siguiente subí la foto a mi cuenta de Flickr y le puse como título “abeja” pues era la conclusión final a la que había llegado después de mucho meditar.
Pasadas unas horas me encontré con el comentario de alguien que me dijo que se trataba de una mosca, lo que me faltaba para acabar de liar la cosa.
A raíz de esta confusión he aprendido a diferenciar claramente las avispas de las moscas cernidoras, que se mimetizan con los colores amarillos o anaranjados con franjas negras típicos de las avispas, al objeto de tratar de disuadir a sus depredadores haciéndoles creer que son avispas.
Las moscas se caracterizan por tener:
- Ojos muy grandes y globosos que abarcan la parte frontal y lateral de la cabeza
- Antenas muy cortas, situadas debajo de los ojos y en posición frontal, de un solo segmento
Las avispas se caracterizan por tener:
- Ojos medianos y más bien planos situados en posición lateral. Se aprecia claramente una separación entre ellos en la parte central.
- Antenas largas de muchos segmentos, normalmente en forma de L, saliendo de entre los ojos.
En resumen, fijándonos en los ojos y las antenas enseguida podremos ver si se trata de una avispa o de una abeja.