(1/2) Cómo aumentar la profundidad de campo en macrofotografía mediante el apilado de imágenes

Parte 1: Toma de las fotografías en pleno campo

Chrysolina bankii
Foto final despues del apilado

A principios de noviembre participé en una sesión de macrofotografía en una finca privada junto con miembros de la asociación Tárraco fotografía.

Como ya había transcurrido una semana de noviembre, y además, estaba el día nublado, las expectativas de encontrar bichos para fotografiar eran más bien escasas…

Pero cuando estábamos a punto de dar por acabada la sesión (y yo sin haber hecho ni una sola foto), de pronto una de las personas del grupo, concretamente mi hija, se dio cuenta de que sobre una hoja de unas hierbas que había al lado del camino estaba posado un pequeño escarabajo de color marrón oscuro, que además, estaba inmóvil sin importarle nuestra cercana presencia.

Me acerqué para verlo más de cerca, y después también a través del objetivo….. Pude ver que se trataba de una Chrysolina bankii, de la familia Chrysomelidae.

En vista de que estaba absolutamente quieta pensé que se me presentaba una inmejorable oportunidad de conseguir una foto final en la que apareciesen enfocadas todas las partes del cuerpo del escarabajo, incluso desde una posición con el bicho en diagonal hacia la cámara, y que me quedasen enfocados tanto los dos ojos como las antenas, patas y toda la parte del caparazón que cogiese la foto.

Cámara sobre tripode
La cámara montada sobre el trípode preparada para tomar la secuencia de fotos

El apilado consiste en tener la cámara en una posición estacionaria (preferentemente sobre un trípode suficientemente robusto como para evitar cualquier desplazamiento del punto de anclaje), enfocar sobre el punto más cercano al objetivo y tomar la foto. A continuación desplazamos el punto de enfoque un poquito hacia adelante y tomamos otra foto y así sucesivamente hasta llegar a la parte más alejada del objetivo que queramos que quede enfocada. Este proceso también se podría hacer en sentido inverso, es decir, comenzando con el punto más alejado y finalizando con el más cercano, pero resulta más fácil de operar comenzando por el punto delantero y acabando con el de atrás.

Al final acabé tomando 7 fotos idénticas en cuanto a composición, exposición e ISO variando entre ellas únicamente en el punto de enfoque.

En esta ocasión el cambio del punto de enfoque lo realicé manualmente, con el objetivo configurado en enfoque manual, lógicamente. Si bien las fotos se podrían tomar directamente en formato jpg, yo siempre las tomo en raw puesto que este formato nos permite “revelar” la foto a posteriori según nuestras preferencias en vez de dejar que la cámara lo haga automáticamente.

Los usuarios del sistema Canon tenemos la opción de automatizar el proceso mediante el firmware Magic Lantern instalado en la tarjeta de memoria.

Para los usuarios de Canon y Nikon existen algunos programas de ordenador y también apps para tablets y smartphones que también permiten automatizar y mejorar la precisión del proceso. Yo concretamente utilizo Helicon Remote.

El proceso para tomar las fotos para el apilado usando estas dos opciones que acabo de mencionar lo voy a explicar en un artículo dedicado a cada una de ellas.

El procesado informático de estas siete fotos para conseguir una foto final con todas las zonas enfocadas lo explicaré en la Parte 2 de este artículo.