Dolycoris baccarum

Descripción:

Estas chinches alcanzan un tamaño de unos 12 mm. En su espalda se destaca un gran escudo de color pardo, morado o verdoso y recubierto por largos pelos. Cuando se acerca el invierno el color de la espalda se vuelve de color pardo grisáceo uniforme. Es muy fácil confundirla con Carpocoris fuscispinus, pues sus escudos son muy parecidos. La manera de distinguirlas más clara es fijarse en las antenas: Dolycoris baccarum presenta franjas blancas y negras mientras que en Capocoris fuscispinus son de coloración amarillo anaranjada uniforme. Se la suele encontrar en las cercanías de bosques, arboledas, matorrales, bordes de ríos y lagos y en huertos y jardines. Se alimentan succionando el jugo de diversas bayas, y en especial de las fresas. Como consecuencia, las bayas se desarrollan mal deformándose y adquiriendo un gusto pestilente que las hace inservibles para su comercialización y consumo. Cuando los ataques son importantes sobre los cultivos, se la considera una plaga. No alcanzan la madurez sexual hasta el segundo año, en primavera, después de haber pasado el invierno escondidos en grietas de rocas, cortezas de arboles o bajo piedras. En cuanto suben las temperaturas se vuelven activos y empiezan la cópula. Los adultos son fértiles desde finales de abril hasta septiembre. Durante este tiempo se producen unas 6 puestas. La nueva generación se completa a partir de septiembre y es la que hivernará para continuar el ciclo a partir de la primavera siguiente. Como mecanismo de defensa expulsan secreciones tóxicas repulsivas. Se pueden encontrar por toda Europa, pudiendo llegar a ser bastante frecuentes, y también en Asia y el Norte de æfrica.